Maggie Smith, una de las actrices británicas más conocidas cuya larga carrera abarcó desde protagonizar junto a Laurence Olivier en “Otelo” en el teatro y la pantalla, hasta papeles en “Harry Potter” y “Downton Abbey”, ha muerto, anunciaron sus hijos en un declaración compartida por su publicista Claire Dobbs. Tenía 89 años.
“Con gran tristeza tenemos que anunciar la muerte de Dame Maggie Smith. Falleció pacíficamente en el hospital esta mañana temprano, viernes 27 de septiembre. Una persona intensamente reservada, al final estaba con amigos y familiares”, se lee en el comunicado. “Deja dos hijos y cinco queridos nietos que están devastados por la pérdida de su extraordinaria madre y abuela. Nos gustaría aprovechar esta oportunidad para agradecer al maravilloso personal del Chelsea and Westminster Hospital por su atención y amabilidad incondicional durante sus últimos días”.
Smith nació en 1934 en Ilford, entonces un suburbio de clase media del este de Londres. Poco antes del inicio de la Segunda Guerra Mundial la familia se mudó a Oxford, donde su padre trabajaba como patólogo en la Universidad de Oxford.
En 1964, interpretó el papel de Desdemona en Otelo de Olivier, antes de retomar el papel en la versión cinematográfica al año siguiente. Smith ganó su primer Premio de la Academia a la mejor actriz en 1969 por su interpretación de una maestra de escuela poco convencional en la película “The Prime of Miss Jean Brodie”.
En 1978, recibió un segundo Premio de la Academia, esta vez a la mejor actriz de reparto, por su actuación en “California Suite” de Neil Simon. También recibió premios de cine de la Academia Británica de Cine por su trabajo, incluidos sus papeles en “A Room with a View” de 1985 y “The Lonely Passion of Judith Hearne” de 1987.
Smith fue nombrada Dama Comandante de la Orden del Imperio Británico en 1990, y desde entonces fue ampliamente conocida como Dame Maggie Smith.
Pero en muchos sentidos, sus mejores papeles aún estaban por llegar, incluido un papel protagónico en el clásico de 1999 “Té con Mussolini”, sobre un grupo de mujeres inglesas de clase media alta en Florencia, Italia, durante la época del fascismo, dirigida por Franco Zeffirelli.
Quizás sea mejor recordada como una actriz que logró alcanzar no sólo la longevidad sino una fama aún mayor en su vida posterior.
Llamó la atención de los espectadores más jóvenes como la estricta pero justa profesora de brujería Minerva McGonagall en “Harry Potter y la piedra filosofal” (2001), y también apareció en varias secuelas de “Harry Potter”.
La aclamación volvió a ambos lados del Atlántico por su interpretación de la cáustica Violet Crawley, la condesa viuda de Grantham en “Downton Abbey”, el aclamado drama de época sobre la aristocracia británica. Recibió tres premios Emmy por el papel, que repitió para un largometraje de 2019.
En sus últimos años, Smith se convirtió en un modelo a seguir por envejecer con gracia, un proceso que manejó con su habitual encanto e ingenio.
Cuando la revista británica “Women’s World” le preguntó en 2017 por qué no había asistido a más ceremonias de premiación, Smith respondió: “Realmente creo que si fuera a Los Ángeles, por ejemplo, creo que asustaría a la gente… Ellos no ven gente mayor”.
Smith estuvo casado dos veces, con el actor Robert Stephens (la pareja se divorció en 1974) y nuevamente con el dramaturgo Beverly Cross, desde 1975 hasta su muerte en 1998.
Le sobreviven sus dos hijos, los actores Chris Larkin y Toby Stephens.