¿Existe un cargo electivo más relevante que la senaduría por el Distrito Nacional? Sí, la presidencia y vicepresidencia de la República; ambas, hasta ahora, anunciadas por el PRM para 2024.
Faride ha comunicado, en un escenario preparado para tales fines, un escueto y cuidado mensaje que leyó frente a las cámaras en un minuto y medio que parecían eternos.
El que no se presente como candidata a senadora en 2024 es una petición con nombre y apellido: Luis Abinader.
El motivo es una “decisión estratégica”, que hasta hace muy poco, ni la misma Faride se había enterado que alguien diseñaba y delimitaba los liderazgos de ese partido en función de lo conveniente.
¿Qué es de “mayor envergadura»?
¿Cómo explicar que alguien, por más dotes y prendas personales, es superior al pueblo que representa hasta el punto de que exista una demarcación que “le quede chiquita” a un representante?
Faride gana porque las respuestas a esas preguntas jamás serán un argumento sólido, políticamente válido.
Lo “estratégico” del PRM ¿se resume solo en hacer posible la reelección? ¿Lo es para los demás proyectos presidenciales que convergen dentro de esa organización aguardando el desenlace del próximo mayo?
Faride gana porque se mantuvo estoica ante los tumbos (no estratégicos) mientras la indefinición hacía estragos en las redes.
Faride gana porque es un liderazgo que se reserva.
Faride gana porque de manejarse con cautela, y prudencia, se consagrará como la base perfumada, la representante de los otros, los más, los no privilegiados aún se esté en el poder.
Faride gana y ojalá lo entiendan sus compañeros y compañeras.