El 31 de octubre de cada año la República Dominicana conmemora el Día Nacional de la Comunidad Evangélica y Protestante.
Establecido mediante la Ley 331-09, del 14 de noviembre de 2009, en conmemoración del que el 31 de octubre de 1517, Martín Lutero clavó sus 95 tesis en la puerta de la iglesia de Wittenberg, Alemania, dando formal inicio a una nueva estaba histórica del cristianismo, particularmente en cuanto a su doctrina de cultos, que sería recordada como la Reforma Protestante.
Esta fecha se alineó con la conmemoración de uno de los sucesos más relevantes en la historia humana, que combatía el sistema de indulgencias a través de las cuales se buscaban obtener favores tras el fallecimiento.
Según el Consejo Dominicano de Unidad Evangélica (Codue) los protestantes suponen ya un 30% de la población. El crecimiento significativo de la comunidad evangélica en las últimas décadas en nuestro país se refleja en los datos que proporcionan firmas de encuesta de gran reputación que le atribuyen una feligresía activa y militante que representa un 23% de la población.
El gobierno estadounidense, a través de su “Informe internacional sobre libertad religiosa República Dominicana 2023” estima que según una serie de encuestas de Pew Center y Latinobarómetro realizadas desde el año 2014, los católicos representan más del 50% de la población, los protestantes evangélicos entre el 20% y el 30%, y aproximadamente el 18% de la población no tiene religión declarada. Otras religiones son los Adventistas del Séptimo Día, los Testigos de Jehová, la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, los protestantes no evangélicos, el judaísmo y el islam.
La primera congregación de evangélicos del país fue la Iglesia Evangélica Dominicana, también conocida por sus siglas IED, fundada el 8 de enero de 1922, en la calle Mercedes esquina 19 de Marzo de la Zona Colonial, con una membrecía de 29 personas.
Su primer pastor el reverendo Rafael Rodríguez, enviado desde Puerto Rico, junto a los reverendos Alberto Martínez y José Espada Marrero para pastorear el pequeño rebaño de almas. Algunos afirman que esta Resultó de la unión de misioneros Presbiterianos, Metodistas, Hermanos Unidos y Moravos con la obra Wesleyana ya existente en el país desde 1824.
Anterior a esto en 1594 en una carta del Arzobispo de Santo Domingo al Rey de España se alerta de la situación en la parte norte de la isla de bautismos y libros, siendo una evidencia de las primeras actividades de los protestantes en la isla del Caribe.
Más adelante en 1605 es evidente que uno de los motivos para las llamadas “Devastaciones de Osorio”, fue que además de evitar el comercio con mercantes ajenos a la corona se impedía la influencia de los protestantes, que mientras hacían comercio traían literatura y se relacionaban con los locales.
Esta comunidad religiosa ha logrado expandirse numéricamente sin sacrificar la calidad de su esencia; actualmente, podemos hallar integrantes de las iglesias evangélicas desempeñando un papel protagónico en diversas áreas de la sociedad, generando un efecto positivo con su testimonio de vida en todo su entorno.
Hoy en día, no es inusual observar no sólo templos, sino también orfanatos, asilos, escuelas, universidades, medios de comunicación, clínicas, clubes y diversos programas de asistencia gestionados por instituciones a quienes abiertamente profesan su fe cristiana desde denominaciones evangélicas.