SANTO DOMINGO.- La Conferencia del Episcopado Dominicano (CED) arremetió contra la inseguridad ciudadana, la corrupción, la violencia, los vicios de la política, la impunidad, el “cáncer del narcotráfico”, y la indolencia de los distintos sectores de la vida nacional.
Según los obispos consideran que esas son las realidades que afectan al país y siguen siendo las principales preocupaciones de la Iglesia Católica.
Así lo manifestaron los obispos en su tradicional mensaje emitido con motivo a cumplirse este 27 de febrero el 175 aniversario de la Independencia Nacional, al tiempo de exhortar a la población a enfocarse en buscar “soluciones conjuntas al mal que nos arropa”.
En su mensaje, los representantes de la iglesia Católica en el país, indicaron que producto de la violencia es la inseguridad ciudadana en República Dominicana, “el temor de salir a la calle sin que nos asalten o quiten la vida”.
Señalaron, además, que la indolencia, se ha convertido en un “sentir popular” que ha provocado que se viva “de espaldas a las realidades que afectan e inciden en nuestro devenir”.
Destacó que las “sombras” antes mencionadas, así como el narcotráfico, la trata de personas y la explotación laboral, “son solo algunos de los casos que resuenan por momentos, pero después se percibe cierta dejadez o inercia social siguiendo la corriente, sin esperar ni procurar un cambio”.
“Continuamos preocupados por los intentos de legislar en contra del sagrado derecho a la vida des- de sus orígenes. La vida, ese don supremo de Dios, es amenazada desde el mismo seno materno. Reiteramos el respeto a la vida humana en todas sus dimensiones, desde su concepción hasta la muerte natural tanto del hombre como de la mujer”, reiteró el CED en su documento.
Los religiosos añadieron que por esas razones rechazan toda forma de agresión a la vida, tales como aborto, feminicidios, homicidios y suicidios.
En su misiva de 20 páginas, bajo el título: “Urge un comportamiento ético en la sociedad dominicana”, invitan a los ciudadanos a acoger los principios rectores propuestos en la Ley de Función Pública, como cortesía, decoro, discreción, disciplina, honestidad, vocación de justicia, lealtad, probidad, pulcritud y vocación de servicio.
“Estamos convencidos de que, sin un comportamiento responsable y coherente con la vivencia de los valores, será muy difícil dar continuidad al proyecto de Nación que soñaron los Padres de la Patria”, manifestaron los obispos.
Añadieron: “Entendemos que no basta la sola denuncia de lo malo para llegar a cambiar las cosas. Es necesario ser propositivos y proactivos, aportando cada cual su granito de arena, es decir, realizando de forma correcta la tarea que le corresponde en la sociedad. Para garantizar la paz social es indispensable el respeto a las instituciones públicas y privadas, ya que la institucionalidad del Estado es el corazón de la vida para salvaguardar las garantías de una democracia transparente, justa, equitativa, en igualdad de condiciones entre los ciudadanos”.
Puntualizaron en su carta episcopal que en el país todos los ciudadanos son responsables de su “buena o mala marcha”.
“Aprovechamos la ocasión para pedir a todos los estamentos de la sociedad: líderes políticos, funcionarios públicos, empresas privadas, organizaciones no gubernamentales, profesionales organizados e iglesias, que asumamos la tarea de vivir y educar de acuerdo a la ética y con los valores de la honestidad, equidad, verdad, trabajo, responsabilidad, respeto, solidaridad, fraternidad, justicia, hospitalidad y amor a la familia”, pidió el CED en sus exhortaciones finales.