Ciudad de Panamá.- Panamá se coronó este domingo campeón de la versión 61 de la Serie del Caribe, al derrotar 3 carreras por 1 a Cuba, rompiendo con esto una hegemonía cubana, que se llevó los tres títulos en las finales realizadas en este país anteriormente.
El derecho panameño Harold Araúz se mostró hermético en la primera entrada, en su parte alta, retirando en fila a tres cubanos.
En la parte baja, Panamá inauguró el marcador. Con uno fuera, Jilton Calderón dibujó un doblete hacia la raya del jardín derecho, más tarde anotó con otro batazo de doble detonación de Allen Córdoba, quien luego pisó la registradora por imparable de Elmer Reyes.
En la alta de la segunda, Alfredo Despaigne abrió con imparables por el medio del diamante, pero la defensa panameña sacó una electrizante doble matanza a batazo de Yordanis Samón. Araúz sacó la entrada y ponchó a Jorge Alomar.
Los panameños se fueron en blanco en el segundo episodio, pero Araúz mantuvo a raya a la ofensiva cubana, con tres ponches y un solo imparable permitido.
Panamá comenzó el tercero con Rodrigo Orozco en primera base, por error del primera base cubano Samón, pero Asiel Álvarez con mucha calma ponchó a Gerlad Chin y sacó en elevado a Calderón y Guerra, para dejar a Orozco anclado en la tercera base.
En la cuarta entrada, que también se fue en blanco, Arauz y Asiel Álvarez se enfrascaron en un duelo de lanzadores, que le convino a Panamá, que hasta allí tenía ventaja.
Despaigne en el quinto inning disparó un largo doble por el central, para luego anotar la primera carrera de Cuba, por imparable de Carlos Benítez. El episodio fue sacado por Arauz en elevado a Chin.
En la sexta entrada Arauz fue relevado por Anfenee Benítez, quien sacó la entrada con una doble matanza de la defensa.
Lo mismo hizo Asiel Álvarez en la séptima, quien solo presentó problemas en la primera entrada donde le anotaron dos carreras.
Manuel Rodríguez, técnico panameño, mandó a la loma de los disparos al dominicano Luis Mateo, quien retiró en fila a los cubanos, entre esos al peligroso Alfredo Despaigne.
Para los panameños, la parte baja del séptimo episodio fue productivo, con una rayita más.
Asiel Álvarez se metió en problema con dos fuera, permitió un doblete a la raya de Jonathan Galvez, que lo sacó del partido.
Galvez avanzó por lanzamiento descontrolado del relevista cubano Vladimir García, al bate Rodrigo Vigil.
El máscara panameño trajo a la casa a Galvez, con una candelazo de imparable que partió en dos el diamante, para poner a Panamá arriba y sacar a García del juego. El zurdo Iván Moinelo, segundo relevo cubano, sacó la entrada.
Pero el daño estaba hecho. El “ahí, ahí, ahí está el campeón” se hizo eco en las graderías del estadio Rod Carew, ante buena presencia de público.
En la octava Mateo siguió intratable, sacando en fila a sus tres adversarios, en dos ponches y un rodado al paracorto.
Los panameños no anotaron y dejaron servido el plato, para que Manuel ‘Manny’ Corpas saliera a cerrar la puerta a los cubanos.
En la novena, Corpas sacó en fila a los dos primeros bateadores en rodados inofensivos al campo interior, pero Frederich Cepeda se negaba a morir y disparó doblete a la línea del jardín derecho, para ponerle tensión al momento porque al bate llegaba Despaigne.
Pero la experiencia de Corpas en la gran carpa le valió para con dos lanzamientos montar a Despaigane en dos strikes y retirarlo en elevado profundo a la pradera central para que Panamá ganara la segunda Serie del Caribe en su historia.
La primera fue obtenida en 1950, en Puerto Rico, por los Yankees de Carta Vieja.